tras una lis cornisa, un arrullo.
Con ecos y cantares de aguasnegras,
frío, sed y cornezuelas, un capullo.
Carbonífero y oscuro,
peste vil, despojo suyo.
Sin sentimientos y ni un refluyo.
Caed fiel a las penumbras,
tu muerte negra que perturba.
Son de máquinas y calaveras,
triste seta que mascullo...

No hay comentarios:
Publicar un comentario