jueves, 4 de julio de 2013

Lúa relego

Corría entorno a la intemperie. Aullaba yo
olvidando el tiempo. Hoy vientos de mayo
por fin se avecinan.
Nula su estima
y ya se esconde el desazón semblante,
corría tu voz.


Me sacude un halo innatural y tosía,
ardía y me extasiaba, una fiebre baldía.
Me agobia el sur,
hiel dirigías tú
bajo tus noches, postrándome blanco en
la incertidumbre.


Mi corazón agitado, tormenta
llegas por mí, y yo débil. Creces lenta
torturándome,
y saciándome...
Como una fiera tuerta ruges con
mi presencia, amas.

Y sin importarte nada golpeas, no
te contentas, me sangras y no en vano
anhelas fuego,
un mundo negro
y sin caricias, sin tu presencia, sin
miel, ni pleitesía...


Caíste en la penumbra, y fuiste perdida
entre lobos, lar de tu alma, sin vida.
Misericordia,
esa tu agonía.
Ya no me conoces, y te recuerdo,
ay, en cada día...

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